Cuando yo estaba en la universidad en Maine mi mejor amigo se llamaba Julio. Yo lo conocí en una fiesta internacional. Julio vino a la fiesta con una estudiante de Bolivia. Julio me explicó que él era del Ecuador pero que asistía a una universidad en los Estados Unidos porque quería aprender inglés.

Julio y yo teníamos los mismos intereses y siempre lo pasábamos bien. Nos gustaba explorar un lugar nuevo cada fin de semana. Por ejemplo, recuerdo un día de enero cuando Julio y yo fuimos al norte a la montaña Sugarloaf para esquiar. Él me recordó que Sugarloaf era muy baja comparada con el volcán Cotopaxi en el Ecuador. Pues...ese día Julio esquiaba alegremente por la montaña sin mirar adónde iba cuando de repente se cayó en un montón denieve.

Otro día del verano Julio y yo hicimos un picnic en el lago Messalonskee. Mientras yo pescaba en un barco pequeño Julio nadaba. Pasaron cuatro horas. Nosotros íbamos a volver a la universidad cuando de pronto Julio vio un ciervo que andaba tranquilamente a la orilla del lago. ¡Qué sorpresa!

Un día del otoño Julio sugirió un viaje a la costa porque él quería comer la famosa langosta de Maine. En el café Julio se rió cuando vio la langosta en su plato. ¡La langosta era grandísima y el pobre Julio no tenía ni idea de cómo comerla!

A Julio le encantaba la comida ecuatoriana y a veces él cocinaba unos platos ricos para sus amigos. Cuando yo cumplí veinte años Julio me dio una fiesta y preparó mi comida favorita-empanadas de carne. Nosotros escuchábamos música andina mientras él hacía la cena. Después de conocer a Julio fue evidente que yo tenía mucho interés en ir al Ecuador algún día.